Tras dos años de actividad
en un escenario político muy complejo, Juntos por España, ha puesto en marcha
un nuevo rumbo, dando un impulso a su movimiento con una pequeña modificación
en su logotipo para abrir la organización a otros sectores para su acercamiento,
así como también, se han adaptado las ideas-fuerza y el manifiesto fundacional,
para afrontar con garantías de futuro la consolidación de un nuevo espacio en
el tablero político, profundizando así en algunas de las propuestas anteriores,
con el objetivo de convertirse a medio plazo en una alternativa de corte
transversal y competir en el espacio entre Vox y Sumar, manteniendo como eje,
la defensa de la unidad, la soberanía y la independencia nacional o la
sustitución de las autonomías por un modelo basado en el foralismo a través de
las diputaciones, en todas aquellas regiones con una tradición histórica
foralista. Y por otra parte, dando cabida a propuestas que hasta ahora casi solo
defendía la izquierda, abordando temas como el respeto a los derechos del
colectivo LGTB, la lucha contra el machismo y la violencia contra la mujer, el
feminismo desde una perspectiva de ámbito social y patriota o el
ecopatriotismo, frente al cambio climático, la aceptación del aborto en algunos
supuestos, así como el planteamiento de una reforma de la Ley de Memoria
Democrática, para convertirla en una Ley de Reconciliación Nacional, que cierre
por fin las heridas de la guerra civil. Y todo ello con una serie de propuestas
de corte social como el SMI de 1.200 €, la jornada laboral de 36 horas o la
jubilación a los 60 años, la defensa de la sanidad, la educación y las
pensiones públicas, así como la ayuda al tercer mundo para su desarrollo económico
con el fin de evitar la migración de personas y con una inmigración ordenada en
función del mercado laboral, o por último, la participación democrática a
través de consultas populares en una nueva democracia real, directa y más
participativa desde unas instituciones más abiertas.